Más rebajas y menos gasto

Después de que los reyes magos culminen las fiestas de Navidad y cuando la rutina se cierne sobre la gran mayoría de los españoles llegan las rebajas. Los descuentos, de hasta el 70%, ayudan a hacer un poco más llevadera la cuesta de enero.

A estas alturas del año es difícil encontrar a una persona que no se haya enterado de que las rebajas ya están aquí. De hecho, se cuentan por millares quienes ya han pasado por alguna tienda buscando algo para regalar o para quedárselo.                

85 euros de media se gastará cada español según la Federación de usuarios-consumidores independientes. Cifra que con el pasado 2010 supone un descenso del 10,5%. Si se comparan los 85 euros de este invierno con los 150 de media de las rebajas de verano de 2007 el descenso es de más de un 40%.

La Confederación española de comercio, por su parte, estima que los comerciantes recaudarán entre un 2 y un 6% más que el año pasado. Así lo ha declarado su secretario Miguel Ángel Fraile.    

Respecto a los descuentos aplicados, éstos variarán según los comercios. No obstante, este año la tendencia es la gran reducción. Desde los primeros días se han realizado bajadas del 70% como reclamo hacia el cliente.

Según la Real Academia de la lengua el término rebaja es la "venta de existencias a precios más bajos, durante un tiempo determinado". Es la temporalidad precisamente lo que lo que la caracteriza, por lo que no hay que olvidar que tienen una duración estipulada. Ésta viene fijada por el ministerio de Industria, turismo y comercio y varía según las comunidades autónomas. Por ejemplo en Madrid la temporada de invierno va desde el 1 de enero hasta el 31 de marzo.

En otro orden de cosas, los comerciantes deben garantizar que los productos tengan idéntica calidad, conservar las etiquetas originales junto con las del precio disminuido (o el porcentaje de rebaja) y mantener los mismos medios de pago que en periodo normal.

Algunos consejos básicos para disfrutar de unas compras más satisfactorias son elaborar una lista con los productos a adquirir y guardar siempre los tickets para posteriores reclamaciones. Pero sobre todo, lo más importante es recurrir al sentido común.