martes, 25 de enero de 2011

Fast food: El lado oscuro de la comida rápida

Comprar una hamburguesa: Toda una experiencia

Traspasar una puerta de cristal rodeada de enormes ventanales, caminar a lo largo del establecimiento, ponerse a la cola, observar el restaurante, sentir la calefacción en la piel, ver a los adolescentes sirviendo comida y poder adquirir un Big Mac resultan acciones cotidianas repetidas por gran parte de la población de forma rutinaria.

Concretamente un día cualquier casi una cuarta parte de la población de Estados Unidos visita un local de este tipo y lo mismo que pasa en este país puede extrapolarse, quizás con una frecuencia sutilmente menor, al resto del mundo.



Eric Schlosser, corresponsal de la revista Atlantic Monthly y escritor de Fast Food; El lado oscuro de la comida rápida, pretende desmantelar con este libro una idílica empresa de alto éxito representante del bienestar económico y del progreso como es Mc Donald’s.

La compañía representa a buena parte del sector servicios en EEUU; de hecho en el año 2000 creaba el 90% de los nuevos empleos de la nación. Pasó de tener a finales de los años 60 1000 restaurantes a más de 28000 en el 2000, abriendo una media de 2000 cada año. Uno de cada ocho trabajadores de EEUU ha sido empelado de esta empresa en algún momento de su vida y cada año contrata a una media de 1000 personas.
Teniendo en cuenta los datos anteriores es imposible negar que Mc Donald’s encarna el triunfo, es el claro ejemplo del sueño americano hecho realidad. Richard y Maurice Mc Donald comenzaron su vida laboral vendiendo perritos calientes en la calle de la ciudad de Los Ángeles y tan solo unos años después su negocio alcanzó la fama mundial.

Su secreto se basó en proporcionar comida a los consumidores que fuera agradable al sentido del gusto y simultáneamente no costará mucho más de unos cuantos dólares. Para ello decidieron eliminar todo lo prescindible en sus establecimientos, desechando aquellos alimentos que precisaran de cubiertos y convirtieron la cocina en un proceso fragmentado de trabajo en cadena. Acción que posteriormente recibió el nombre de “industrialización alimentaria”.

Cambios en la dieta, el paisaje, la economía y la cultura
Desde su tímida y poco sonada aparición a mediados del siglo pasado la comida rápida se ha ido desarrollando poco a poco y ha ido extendiendo una nueva forma de pensamiento. Sin embargo, su creciente aceptación solo se explica a raíz de una serie de cambios sociales entre los que se encuentra la incorporación de las mujeres al mundo laboral, lo que conllevó una mayor demanda de los servicios que tradicionalmente eran desempeñados por las amas de casa (cuidado de niños, limpieza, cocina…) y el incremento del uso del automóvil, que permitió la proliferación de restaurantes de este tipo por toda la red de carreteras estadounidenses.

A la vez que todo esto estaba teniendo lugar, las compañías como Mc Donald’s, Burger King y Kentuki Fried Chicken iniciaban modificaciones que perduran en la actualidad y que posiblemente lo sigan haciendo durante mucho más tiempo. Generaban nuevas formas de percibir (a nivel global) la dieta, los paisajes, la economía y la cultura.

Los beneficios que reporta esta comida residen en pérdidas impuestas al resto de la sociedad y muestra de ello es que el coste anual para los ciudadanos de la obesidad es el doble que los ingresos totales de este tipo de ámbito. Además los agricultores y ganaderos de EEUU están perdiendo su independencia y convirtiéndose en mano de obra de los gigantes de la agroindustria, modificando la estructura de sus propiedades.            
Respecto a la economía, la restauración constituye hoy en día la mayor fuente de empleo privada de EEUU, pero es también la que paga salarios más bajos. Encarna lo mejor y lo peor del capitalismo norteamericano, se basa en personal mal remunerado y no cualificado. Pese a que un reducido grupo de trabajadores logra ascender los peldaños de la empresa, la gran mayoría no goza de un puesto a tiempo completo, aprende muy pocas técnicas, ejerce un ínfimo control sobre su puesto y termina en la calle al cabo de unos meses.

Un dato significativo que revela el impacto cultural de la comida rápida y sus técnicas de marketing es que el 96% de los niños americanos son capaces de identificar al payaso de Mc Donald’s. Sólo Papá Noel queda por encima en el ranking de reconocimiento de personajes de ficción por parte de los más pequeños. Al igual, los arcos dorados de la M de Mc Donald’s (Puestos de forma arbitraria cuando los hermanos Mc Donald, al inicio de su trayectoria, querían que sus instalaciones fueran vistas a distancia por los coches que circulaban a gran velocidad) son más reconocidos que la cruz cristiana.

1 comentario:

  1. Muy interesante tu artículo y por cierto buena propuesta la del mapa histórico en Google Maps. Enhorabuena.

    Saludos

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