miércoles, 2 de marzo de 2011

La pasión turca, pasión hasta el límite


Hueca, una provincia aragonesa y Turquía, un país mitad occidental mitad oriental se mezclan en una sola persona, Desi. Ella es la protagonista de La pasión turca, una novela de Antonio Gala en la que el anhelado sueño del amor se hace realidad, e incluso la supera.

Desde las primeras páginas se observa la capacidad descriptiva del autor, gran fuerza que logra encandilar al lector con sus palabras.



Tan solo una ojeada al libro basta para afirmar que se trata de una excelente obra.

Una conversación casi adolescente de un grupo de amigas abre La pasión turca.  Desi y sus amigas comienzan hablando de sexo para terminar creándose una idea sobre el matrimonio ideal con el acompañamiento de un hombre perfecto.

La conversación se hace realidad unos años más tarde y cada una de ellas encuentra a su correspondiente marido. Así logran crear una vida conyugal sin grandes aspiraciones pero tampoco con problemas. Un equilibrio insulto donde las emociones quedan aparte, en el mismo rincón que los sentimientos pasionales.

Desi es una mujer mucho más profunda y una vida sin contrastes para ella es poco. Un viaje a Turquía supone la ocasión perfecta que le brinda la oportunidad de conocer a Yaman, un atractivo guía turístico que la cautiva con la mirada desde la primera toma de contacto.

Ramiro, su marido, pasa a estar a partir de entonces en un segundo plano hasta ser abandonado definitivamente. Desi opta por arriesgar y va creando poco a poco un proyecto de vida con su propia deidad turca

A partir de aquí comienza toda una historia llena de infidelidades, engaños, erotismo y mezcla de culturas. Quedan demostrados los límites alcanzables por los seres humanos cuando el amor se convierte en algo superior a un sentimiento.

Sin duda el libro consigue que el lector viaje con su protagonista por diferentes rincones de Estambul y se convierta en cómplice y confidente de su destino.

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